Semana Santa

Las cofradías de la Semana Santa Llerenense, de las más antiguas de Extremadura, tienen sus orígenes en el siglo XV, conociendo una época de gran esplendor tras el Concilio de Trento, por el impulso que el mismo transmitió a este tipo de asociaciones en el marco de la contrarreforma. Este impulso se vio aumentado en el caso de Llerena por el deseo de las autoridades eclesiásticas, y en especial el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, asentado en esta ciudad, de erradicar definitivamente las sectas iluministas tan difundidas en la misma durante el siglo anterior. En el siglo XIX, tras las sucesivas desamortizaciones, que les privaron de la mayoría de sus rentas e ingresos, la totalidad de las Cofradías de la ciudad entran en franca decadencia, casi desapareciendo; hasta que a principios del presente siglo se inicia una lenta y progresiva recuperación.

Llerena en Semana Santa hace alarde de su riquísimo patrimonio artístico, cultural y gastronómico, en una conjunción de tradiciones mantenidas en el seno de las cofradías de rancio abolengo, insistentemente demostrado en sus títulos y dignidades; de arte vivo, en contacto con el pueblo al desfilar los pasos por las calles, derroche de fiesta y colorido, plenitud de olores y sabores que inundan los sentidos.

La Semana Santa de Llerena se inicia el Domingo de Ramos con la tradicional procesión de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén “la Burrita” donde los niños, vestidos de hebreos, portando palmas y olivos desfilan en procesión por el centro histórico de la ciudad. El Martes Santo tiene lugar la procesión del Vía Crucis, en la que el Santísimo Cristo de la Buena Muerte hace estación de penitencia a la luz de antorchas encendidas y un intenso olor a incienso. Ya el Miércoles Santo hace estación de penitencia la antiquísima Hermandad de Madre de Dios y de los Pobres, heredera de la primitiva Hermandad de la Vera Cruz de esta ciudad, famosa por su austeridad y por la belleza de sus imágenes y pasos.

En la madrugada del Jueves Santo tiene lugar la procesión “del encuentro”, encuentro de Nuestro Padre Jesús Nazareno, camino del calvario con María Santísima de los Remedios acompañada por San Juan en medio de un silencio estremecedor sólo roto por el redoble de los tambores. Hacia el mediodía del Viernes Santo hace estación de penitencia el Santísimo Cristo de la Agonía y la Virgen de los Dolores, magnífica muestra del riquísimo patrimonio artístico que a lo largo de los siglos atesoró la ciudad. El broche de oro de la Semana Santa Llerenense lo pondrá la Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Entierro alarde de riqueza y colorido propia de la estética barroca, aunque aún habrá que celebrar la resurrección